martes, 6 de abril de 2010

¿Gran pacto por el fútbol?

Los futbolistas, a la huelga. Y su Robin de los Bosques particular, el compañero Rubiales, nuevo adalid de causas perdidas. No voy a tratar de responderme hoy a la pregunta: ¿son los futbolistas trabajadores normales, como tú y yo? No quiero caer en populismo barato ni en demagogia fácil. Tan sólo he echado un vistazo a su convenio colectivo con la patronal (LFP), y a bote pronto, me chocan beneficios que jamás había visto en mis convenios colectivos: retribución mínima garantizada de 60.000 euros anuales para los de Segunda, primas por fichaje, primas por partidos disputados, pluses y premios de antiguedad, porcentajes derechos de imagen, etc... Por eso, antes de responderme quiero preguntar a los expertos y tener opinión cualificada. Pero hoy, al compañero Rubiales, adalid de los grandes pactos por el fútbol (me aguanto la carcajada, de momento), le exijo, para tomarmelo en serio a él y a su huelga, lo siguiente. Que en ese pretendido pacto, fin de todos los males del fútbol, se incluya:

1) Sistema que garantice la transparencia en la relación entre el pagador y el pagado, a fin de evitar en el futuro los contratos B, los pagos en dinero negro y las remuneraciones extra-contractuales de cualquier tipo (estoy seguro de que nunca ha habido dinero negro en el fútbol, ni contratos B, ni nada por el estilo, pero que no lo haya habido no nos libra de que en el futuro lo haya. Asi que, para prevenir, exijo un método que asegure la transparencia total y la imposibilidad de fraude).

2) Un compromiso firmado, por escrito, ante notario, y que incluya garantías de penalización adecuadas para evitar que en el futuro, porque estoy seguro de que en el pasado no ha ocurrido, que los futbolistas se intercambien gratificaciones bajo mano, todos los finales de temporada, por ganar o perder partidos. Exijo un sistema que, apoyado convenientemente en el Código Penal, califique como delito el dar o recibir primas por ganar o perder e incluya las penas correspondientes. Un sistema que pene a quien, siendo conocedor de tales prácticas, no las denuncie. Y exijo que la AFE, y sus asalariados dirigentes, actúen como perseguidor, fiscal y garante de que estas prácticas, que insisto, estoy seguro que no se han dado hasta el momento, se eviten en el futuro.

3) La implicación máxima de la AFE, sus dirigentes y afiliados, en los trabajos y proyectos de las leyes que regularán las apuestas online relacionadas con el fútbol, en este caso. Y todo, a fin de que se persiga, denuncie y penalice cualquier práctica fraudulenta que relacione a un futbolista con una apuesta. Estoy seguro de que, hasta ahora, ningún futbolista ha apostado cuando estaba inmerso en una competición, pero eso no nos libra de que pase en el futuro.

En definitiva, si los jugadores y sus dirigentes sindicales se vuelcan para perseguir y penar la economía sumergida, las primas a terceros y los amaños en las apuestas, yo me los tomo en serio. Si no, seguiré pensando que también este sindicalismo futbolero, en este país tan insolidario que tenemos, es la máscara bonita de gente interesada en su progreso y estabilidad personal. Ah, y conste, me importa un... si van a la huelga o no. Ah, y conste otra vez: me juego la cena a que los de Primera y Segunda no mantienen una huelga que dure dos jornadas de Liga. Ah, y ésta es una opinión personal (prometí al principio no caer en esto, pero no me aguanto): me parece estupendo que defiendan sus derechos y trabajen para paliar males que afectan al fútbol tradicionalmente, pero les guste o no, al común de los mortales con convenios colectivos normales, o a los cuatro millones que no tenemos ningún convenio salvo con el INEM, nos hace muy poquita gracia que los señores fubolistas vayan a las barricadas como si fueran trabajadores de la automoción, de astilleros, del campo, del transporte, de la construcción, de la mina, del periodismo,... Espero su compromiso. Seguiremos profundizando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario