lunes, 11 de junio de 2012

Quihaygüifi?

A que parece latín? O polaco mezclao con rumano? Pos no. Españó, de pura cepa. La pregunta de moda de los quinientos millones de enviados espaciales que pese a la crisis se vienen pacá.

Llegas al aeropuerto, y ves a la banda colgados al aifon: llamando a casa? No. Buscando wifi. Que funcione. Gratis. Llegas al hotel, y no has preguntado el numero de tu habitación cuando sueltas: yu ja guifi? Eh? No te entienden. Guai fai, guai fai!!!!! Aaah. Yes, yes... Respiras. Dejas tiradas las maletas, pruebas la clave... Que tal el hotel? Una mierda: spa, piscinas, pulserita de bebidas gratis, bebidas buenas, un camón de dos por dos, vistas al Báltico... Pero no tiene guifi. O es con clave y se corte.

Montas en el bus y tiene wifi. Te planteas dormir en el bus en vez de en el hotel-spa, pero entran cincuenta hienas del guifi, y se corta. Mierdawifi.

Llegas al lugar de trabajo y buscas el guifi. Si encuentras uno decente, te escondes del resto y si te preguntan... Noooo, no pillao. Menos se conectan, mas rápido va. Es cuestión de supervivencia.

Y es que las tecnologías avanzan tanto, que ya todos los periodistas necesitan el wifi. Los fotógrafos, para enviar. Los escribientes, para enviar. Los de las radio se conectan por wifi. Los de las teles envían imágenes por wifi. Y lo fundamental: todos guachapeampos. Hasta el punto de que el guachapero lo estamos estudiando ya un grupo de intelectuales como el muro factor de auto exclusión social. No ligas, guachapeas. No hablas, guachapeas. No vives, guachapeas. Di tienes wifi. Que es gratis.

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