miércoles, 20 de octubre de 2010

Idioteces baratas, desde 3.000 euros

Antes, no me molestaban. Tampoco me hacían gracia, pero los dejaba pasar, sin más. Desde que el individuo con gorrito de caganet se quiso lanzar sobre nuestra Copa del Mundo en el Soccer City, el pasado 11 de julio, no los aguanto. Aquel, por lo visto, es profesional de esto, y le deben de importar poco las multas. Imagino su tarjeta de visita: “Fulanito de las Narices” (no me da la gana citarlo), “Espontáneo. Salto a cualquier campo de fútbol del mundo, y en el momento más inoportuno. Por un módico precio, puedo ponerme tu publicidad en la camiseta. Para desnudos, consultar ofertas. Precio especial si me patrocinas el culo”.

El del martes en el Bernabéu, sin embargo, no me parecía un “profezioná”. Más bien afisionaillo de tres al cuarto. Al tiempo que los guardias de seguridad mostraban sus carencias físicas, si de correr o esprintar hablamos, éste enseñaba sus poderes: “Yo soy Superman”. El tipo se debió ver cantando a dúo con Bustamante. O como protagonista feliz del videoblog de algún director de periódico. Se vió lanzado a la fama, recibido por las más altas instancias deportivo-político-sociales a nivel mundial, después de recorrer el césped inmaculado del Bernabéu, por donde pisa San Ce Erre.

Eso sí, a buen seguro que no se vio en comisaría, donde las fuerzas de seguridad del estado lo debieron acompañar ipso facto. O en el juzgado, cuando se declare el juicio, y le expliquen que, a poco que se aplique la ley, le tocará sacar el fajo de billete. Estoy convencido de que estos pájaros, como otros que se lanzan al césped alegremente, por hacer la gracia con los coleguitas, no saben lo que les espera. La ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, en su artículo 2.1.d) define como “acto o conducta violenta en el deporte, la irrupción no autorizada en los terrenos de juego”. Más abajo, en el capítulo de saciones, se califica dicha conducta violenta como “infracción grave”. Y establece una multa para la gracia de entre 3.000’01 y 60.000 euros. Además, al margen de otras acciones, desde el punto de vista penal, que se podrían ejercitar en función de la gravedad de la gracia, se establece la prohibición de acceso a recintos deportivos de entre 6 meses y 2 años.

Vamos, que el Superman del otro día, a poco que el juez sea benévolo, va a tener que soltar un mínimo de 3.000 euros (que pueden ser más). Y que se olvide, por un tiempo, de volver al fútbol. Tengo dudas de que, aún sabiendo lo que les espera, los macarras que deciden hacer la gracia se corten. Pero, al menos, si entre todos dejamos claras las consecuencias, a los niños sin malear de hoy en día, a alguno, le quitaremos las ganas de hacerse el simpático saltando a un campo de fútbol. Y de paso, nos evitamos el espectáculo lamentable de cuatro guardias asfixiados hasta que placan al interfecto.

P.D.: la UEFA multará al Real Madrid por el asunto, pero descargo al club de más responsabilidad que ésta, porque en materia de seguridad ha dado muestras más que suficientes de trabajar de manera extraordinaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario