En el vestuario del Soccer City reventaron la responsabilidad acumulada, la tensión del partido, las emociones contenidas durante días, durante minutos, en una prórroga irreal,... Como no había fiesta "in situ", la montaron en el mismo estadio. Tanto, que cuando salieron, ya parecían otros: esa mirada felina de la que os hablé días atrás había desaparecido para mostrarnos a jóvenes felices, desbordados, borrachos de alegría: Villa lucía una bufanda de su CD Tuilla natal; Piqué, una ronquera considerable; Iniesta, el hombre gol del Mundial, una paz digna de mención: fue de los que salió de la zona VIP del avión para compartir felicitaciones y firmar autógrafos. Mientras, sus compañeros montaban la conga musical: Reina, Xavi y Sergio Ramos, con un "loro" de los modernos, recorrieron el avión al son de "Píntala", de Elvis Crespo, su canción del Mundial, y bailando a lo "pachanguero". Xabi Alonso enseñó la marca de la patada karateka que recibió. Javi Martínez, tirando de tierra, lució un "pañolico" navarro con la efigie de San Fermín durante todo el viaje. Iker Casillas paseó de punta a punta del avión dos o tres veces, desde su butacón VIP delantero a la zona trasera de los/as enviados/as especiales de los medios informativos (¡que se casen, que se casen!).
Por fin, Vicente del Bosque reconoció sentirse emocionado, y ya que estaba, el hombre, que es tranquilo, aprovechó para desear buenas vacaciones a la gente y avisar de que el día 7 de agosto tenemos lista de convocados. Los campeones del Mundo juegan en el Azteca de Méjico, el estadio más grande del planeta. Otro regalo de los dioses del fútbol. Como regalos ha acumulado el personal, que supongo que las páginas de subasta internauta se van a inflar de pujas por firmas de los campeones: hubo quien metía a dos manos en la mochila las camisetas que hizo Adidas para celebrar el triunfo. Y hubo quienes nos quedamos sin camiseta. Por tontos. O por prudentes. Se pintorreaban con la firma de los campeones del mundo las credenciales FIFA del Mundial, las entradas de la final, y además, camisetas, gorras, Jabulanis... Confesaré que guardo uno de los pequeñitos con la firma de los catorce futbolistas que jugaron el 11-J y el entrenador. Es mío, solo mío.
Sin palabras, más emoción no se puede expresar, enhorabuena eres campeón del mundo.
ResponderEliminarPerita perita perita. Cómo mola tu foto!!! la envidia continúa...
ResponderEliminarAy, Antonio... Has vivido toda un experiencia que espero que se prolongue en el tiempo. Ahí has sido tú y sólo tú. Un abrazo
ResponderEliminarY méteme en bloguegas... Que yo te tengo a tí en mi blog...
ResponderEliminarNo termino de entender bien eso de "espero que se prolongue en el tiempo", no me veo ganando el Mundial de Brasil, je je je... aunque visto lo visto (¿donde he sido yo?). Ya estás entre mis bloglegas, hombre, no meto a nadie sin que me autorice (te mande un correo hace siglos con la petición expresa, guapo). Hala, abrazos cordiales, y ponte a la sombra, bloglega, que te imagino en Jaen y me dan más sudores...
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