domingo, 30 de mayo de 2010

Xaxi y Villar


Escribo mientras vamos de Innsbruck a Schruns... A los dominios del abuelito, creo. El día nace cubierto y con lluvia, y eso, allí, a más de 1500 metros, se traduce en invierno. Bueno, bien. Del partido de ayer no hablaré. Sólo de las críticas bestiales de los jugadores al Jabulami. Pobre Jabulami. Iker llegó a decir que es una vergüenza que un Mundial se juegue con un globo. No fue textual. Pero al Jabulami le están cayendo casi tantos palos como a mí por el tuit que provoca el título de esta crónica de viaje. Ahora os cuento.

Antes, de Innsbruck, me quedo con el lugar. Es un corredor entre dos cadenas de montañas alpinas. Rodeado de estaciones de esquí para todos los estilos. Esta ciudad respira deportes de invierno. Organizó dos Juegos Olímpicos. La fotografía que adjunto muestra una rampa de saltos de esquí en bolas, es decir, perdón, desnuda, rapada,... Sin nieve parece el tobogán del Aquapark de Torremolinos. Y dicen que los señores esquiadores, aunque lo parezca, no caen directos al tejado de la casa que ocupa el primer plano. Pero no lo puedo confirmar.

De ayer, empezamos con clubseleccion.tv... Es la primera vez, creo, que hago tele. Es distinta. La imagen ayuda mucho a tomarse las cosas a lo zen. No halagaré mucho, que luego me retuitea y la liamos, o la lío, pero me resorprendió Gaspar. Cinco años sin narrar un partido, y a los cinco minutos estaba a ritmo de Mundial. Sin pretemporada. A hierro, como los trajes de Pedro. No quiero pensar cuando juguemos en el Azteca o en el Monumental de River,...

El invento de la tele por internet, los juegos de malabares que tuvimos que hacer con los magníficos compañeros informáticos de la RFEF me generaron estrés. Dije que hasta que no lo viera, no lo creería. Lo vi. Salió. Entretanto, mis manejos con el feisbu, el tuiter, y todo lo demás, me costaron la cagada del día: tal como me contaron la alineación de España, la quise pasar a las redes sociales, y metí los gazapos de la jornada. En vez de Xavi, se me escapó "Xaxi" (la equis está a dos teclas de la uve, conste) y no sé cómo, se me coló una erre en Villa, con el consiguiente cachondeo social. En fin, cosas del directo. Dejo de escribir que nos hemos metido en un universo verde que nada tiene que ver con Heineken. Qué maravilla... (hago fotos y las pongo estos días). Ah, y ya os contaré lo del "uououó", que ayer hubo Eurovisión y el nuestro cantaba algo así, creo.

sábado, 29 de mayo de 2010

Viajar y viajar (llegada a Innsbruck)

Durante un tiempo, dos años, viajé todo lo viajable posible, con Radio Voz, en mis balbuceos de periodista. Luego dejé de viajar por trabajo y empecé a viajar por placer. Hoy estoy pensando que lo mejor que me ha pasado en este primer día de tournée es darme cuenta de que, llegados a este punto, he conseguido que sea un placer viajar por trabajo. A ver, que esto suena a galimatías: me explico. Gaspar me lanzó, a los veintidós años, con un móvil de los antiguos y mi libertad durante cuarenta días, por el Mundial de Francia. Luego fuímos a Japón, por toda Europa, por más España aún... Y en esos viajes, la responsabilidad me podía. Era tensión de veinticuatro horas con la idea en mente, siempre, en todo lo que hacía, de autojustificarme, o sin "auto" ni el "me". Era un pringaillo con una oportunidad de hacer periodismo-deporte en todo el mundo y me daba miedo hasta dar un paseo por la ciudad de turno, no fuese que alguien me "cazara" ocioso (vi el Louvre, después de cuarenta días en París, el último antes de volver).

Ahora, la responsabilidad es la propia, la exigencia es la nuestra; justificar, solo hay que justificar los gastos para la empresa. Y mola. Mucho. Lo de ir a sitios como éste del Tirol, tan cercano y lejano a la vez, lugares para mí desconocidos, y poder contaros lo que veo, enseñaros lo que veo, a través la palabra y la imagen de www.rfef.es, y del feisbu, y del tuiter y de este recóndito bebebló, es genial. Y que quede escrito, también (en eso me gusta más el invento de las güebs que la radio. Espero que esto no suene a infidelidad... Yo, por la radio, ma-to; pero en estos inventos he encontrado un lugar más reposado, más pacífico, donde ejercer. En estos inventos y en la RFEF, que me reabrió sus puertas y creo que debo agradecérselo ma-tan-do por ella, también. En ello estoy).

A todo esto, yo quería contar en este cuaderno de viaje alguna de las tonterías por las que pasé hoy. Por ejemplo, encontrarme con Isidro Díaz en la T4, la de Barajas, y que me obligue a acompañar a un chico que volvía al hogar tras hacer una prueba para el Real Madrid y no sabía cómo encontrar la puerta K-87. El chico era de raza casi negra, tímido, cadete: "A ver... Güer du... Du yu espik... Bueno...¿De... donde.... eeeereees?", le pregunté. "De Málaga". "Anda, c... yo también". "Man cacheao", me dijo, medio asustado. "¿Que tal la prueba en el Madrid, volverás pa quedarte?" "No zé, Fernando Quintanilla ma dicho que zi", me dijo, como dando por hecho que yo sabía quien era el tal Quintanilla. "Ma dicho Izidro que lo llame cuando encuentre la K87, pero e que no viajao nunca". "¿Ves la K en aquel cartel? Yo voy por la M, te tengo que dejar. Sigue todo recto, que la 87 está lejos. Pero no te desvíes. Recto". "¿Reto?". "Zi, reto, to reto". Y el niño-cadete se fue, y me dejó la duda de si sabía qué letra es la K. Tan triste, tan pobrecillo, tan perdido, que no sé cuanto tardarían en comérselo a bocados si tuviera que intentar ganarse el futuro en Madrid. Igual dentro de unos años aparece en los cromos y me calla la boca.

Llegué al trenecito que lleva dentro de la T-4 hasta la puerta M, y empezó una competición de uniformes. Los del traje federativo, gris, camisa blanca y corbata roja; contra uniforme negro, camisa blanca y sombrero de ala ancha negro. Dos mormones en la T-4. ¿Pero éstos no van en carromato? Bueno, es igual. Montamos en el avión y compruebo, para mi felicidad, y la de mi ahijado Pablo, que siendo chiquitillo se puede jugar al fútbol e ir por la vida: Jesús Navas está oyendo música con unos auriculares que son más grandes que él. De esos que les suelen gustar a Rosety (grandes, y recomendados especialmente pa gente que quiera quedarse sorda).

Hablando Solo de todo un poco: mañana transmitimos el Arabia Saudí-España. Es decir, lo transmite Gaspar, por la tele. Sí, por la tele de interné. El futuro. Bueno, en la medida en que lo hace mañana, supongo que es el presente rabioso. Que sí que ya me he enterao de dónde vuelve. Transmitirá los partidos de España a través de un invento que se llama www.clubseleccion.tv, y también a través de nuestra www.rfef.es; yo le echaré una mano. Es decir, el otro que hablará, al menos mañana, soy yo. Vamos, que yo también vuelvo, si no os importa, de momento. En alta definición, sonido espectacular, etc... Pronto todos veremos la tele por internet, y lo de la TDT quedará anticuado. Mañana probamos, a ver qué tal. Todo sea que en este diario del sábado solo pueda llorar... De la risa, claro... Porque ésa es otra. Menayo en estado puro, también ha vuelto, al menos para mí, que no coincidíamos hace mucho. Pa mearse y no echar gota. Sin perdón. Ya os contaré.

martes, 25 de mayo de 2010

El Príncipe y la croqueta


¿O se dice cocreta? Nunca lo tuve claro. Bueno, a lo que voy. Prometo que no soy mitómano. Sólo me gustaría poder saludar, algún día, a don Juan Carlos ("rey", para el Sabio) y a Antonio Banderas, por ezo de que zomo paisanos y admiro su éxito y su malagueñismo, no sus pelis. Digo que no soy mitómano, no me hago fotos con futbolistas, ni con actrices,... No pido autógrafos. Así que nadie me podrá tachar de tal cosa cuando hable de don Felipe de Borbón.

No sé por qué cae mal, o no cae tan bien como el Padre. Es más. Detecto que cae gordo (no como yo, que soy, aunque menos, día a día). Y no sé por qué. No tengo opinión formada sobre sus dotes, su carisma, su preparación, sus cualidades como estadista. Y por eso ayer asistía con curiosidad a la visita de don Felipe a la Ciudad del Fútbol. Llegó marcando porte, y me impresionó verlo a un metro, tan alto, con traje azul de rey, sonrisa profiden y oteandonos desde el cielo de los reyes (normal. Que tío más largo, que dirían en mi pueblo). Apenas se paró ante el busto de su bisabuelo, saludó de pasada a los veintitrés elegidos para la gloria, se hizo la foto de rigor, y siguió. Acto inaugural, con entrega de premios y discurso. Y aquí me rompió esquemas.

El protocolo no le requería hablar. Sólo dar los premios y sonreir. Pidió la palabra, y soltó un discurso de Estado en un minuto y poco: "que sí, que el museo está muy bien, que tiene mucha historia, pero la historia hay que seguir haciéndola grande". Así que, "chicos, ganad por nosotros, por los millones de españoles, y no españoles, que están detrás de vosotros". Igual yo estoy condicionado por Mandela, que vi el finde Invictus y lo del rugby y Sudáfrica me caló. Pero vi en las palabras del Príncipe una intención: "Chicos, dadnos una puñetera alegría, que nos hace falta a todos". Luego salió camino del Museo, y noté, a un metro, que su sonrisa no era finjida, no era de pose, no era de Obama. Transmitía cara de buen tío. Lo dejé en el Museo y me fui a escribir para la web (aprovecho, http://www.rfef.es/).

Cuando el fiestón languidecía, volví para buscar algún datillo de crónica social. Era el tiempo del canapé. El protocolo había relajado, los periodistas ya estaban revoloteando, los de seguridad se comunicaban por el pinganillo "de perro a cacho perro, cambio" y el Protos blanco volaba. Los chicos de la Roja aprovechaban antes del almuerzo para ponerse al día. Me acerqué al grupo de los catalanes. Piqué llevaba la voz cantante. Tiene pinta de ser un Reina en potencia. Hablaban de sus cosas y yo aproveché para mirar de reojo la bandeja de las croquetas. La perdí de vista. Se me cruzó la bandeja de los fuás, que no me gustan pero me descentraron. Cuando me giré de nuevo, me topé con una espalda, que era de un traje, que pertenecía a un señor grande que era un Príncipe. Y el Príncipe en cuestión le preguntaba a Cesc que si estaba bien de lo suyo, la lesión, vamos. Se partía de risa con el chiste de Piqué, le daba un abrazo de colega a Fernando Hierro, y cazaba al vuelo un par de croquetas de una camarera que le hubiera echado bronca si no fuera el Heredero. En una mano la croqueta, en otra la Coca-Cola. Era la una del mediodía, y envidié que el Príncipe comiera croquetas mientras yo no me atrevía, por no quedar mal en medio del curro. Encontré a un típo joven, normal, cercano sin falsedad, que se hacía fotos con los familiares clonados de Zubizarreta, que le pedía a Miguelito que le dedicara sus Secretos de la Roja, que rebuscaba a lo lejos, rodeado, desde su medio metro más que la media, a la caza de bandejas y gente amiga, como uno más en una fiesta más... Esa cercanía que le aplauden al Padre, ayer la encontré en el Hijo. Y a mí, me ganó para su causa. Ahora, soy Felipista, de éste, no del otro. Además, confieso que ponía la 1 para ver a su Señora dar las noticias. Así que más admirado aún. Don Felipe, señor, aquì, un admirador.

domingo, 23 de mayo de 2010

Unas Marco para el Arousa Fútbol 7


De niño, entre mis sueños de futbolista mandaban las Marco, unas botas negras con una lista blanca, sencillas, "profesionales", que tenían todos los jugadores güenos. Unas Marco, y un balón de reglamento. De esos que se pelaban pronto y quedaban grises, marcando costuras, hasta que reventaban dejando ver la cámara naranja. Pensando en este artículo, me vino a la memoria que en el colegio, con mis colegas de siempre, sustituíamos la pelota, si no la había, porque el dueño no se había bajao al Parque Suárez, o a Las Mercedes, mi colegio, por materiales de todo tipo: bolsas que llenábamos de mierda y atábamos con dos o tres vueltas, nudo a nudo, hasta que resultaba algo parecido a una bola de petanca deformada. Al rato de patadas, reventaba, y cubría de la misma mierda el parque. Se acababa el partido y salíamos zumbando para evitar la bronca del guarda. Pero valía. Trozos de ladrillo. Piedras no muy grandes. Pelotas de plástico pinchadas, a las que intentabas prolongarle algo la vida tapando el pinchazo con un chicle. Pa ná.

Cuando de la calle pasamos al colegio, y al instituto, llegaron las Marco. Pero como tenía la manía de arrastrar la punta de la bota izquierda, me las cargaba a los dos usos, y mi mamá me echaba la bronca, con razón, claro. Por eso pedí, como último recurso a mis papas, unas Munich reforzadas por la puntera (las de la cruz). Tenían, eso, la punta de cartón duro... Nada. Dos telediarios. Así que me dediqué durante tiempo, para amortizarlas un poco, a reforzarlas por mi cuenta con esparadrapo, más cartones,... yo que sé.

Me vino todo esto a la cabeza el finde pasado, que estuve disfrutando de un torneo de alevines en Vilagarcía de Arousa, en la Rías Baixas de Galicia, un sitio para hacerse zen, olvidarse de comer carne y alejarse del mundo. El torneo, que montan un grupo de buenas gentes sin interés ajeno al puro placer, ha conseguido reunir en sus quince años de vida a equipos de todo el mundo. Este año ganó el Inter, jugando a lo Mou, lo prometo. Claro que los niños de "doce años" me sacaban tres cabezas. Y yo soy gordo (bajando) pero no bajito (ya no crezco). Vamos, que los de doce años parecían de dieciséis.

El torneo es una maravilla. Fruto del sueño de un profe, Manuel Diz, que se pelea durante el año con todos los que deberían apostar por un acontecimiento que está poniendo el nombre de la zona en el mapa del fútbol a nivel europeo, y no lo hacen como debieran. Luego se dan codazos por el palco y por entregar un premio. Que para eso están, por supuesto, pero también podían apoyar como procede y no a base de peleas por una pancarta más o menos.

Pero a lo que voy. Es un torneo, el Fútbol 7 de Arousa que se ha ganado buena fama por el trato exquisito que, según reconocen los entrenadores de Real Madrid, Sporting, Sevilla, Valencia, Atlético,... se dispensa a los equipos (los grandes de España y Europa comparten competición con los equipos de la zona, y eso hace más grande al torneo). Este año participaron el Inter, el Liverpool, el Tottenham, el PSG,... hasta un equipo japonés que causó sensación.

Os contaba lo de mis Marco porque, con envidia desde la grada, quise tener doce años y vestir una camiseta oficial de cualquier club, jugar en césped de verdad, no sobre el asfalto donde me dejé la cabeza un par de veces (cicatrices hay que dan fe), tener veinticinco cámaras de foto y video a mi alrededor cuando recogía el premio, y calzar unas botas de las que se llevan este año. El modelo triunfador: ése morao con una raya naranja, creo, que llevaron los de Nike este año. Luego, las fosforito. Y después, toda la gama completa de las marcas punteras. Recogepelotas por todo el campo (no como en mi niñez, que empeñabas la pelota en la del primero y te la rajaba o se la quedaba). Porterías de verdad, entrenadores profesionales, público jaleándote... Trofeos para todos los participantes, hoteles de maravilla, donde se respira aire de mar, donde conviven los niños y se entienden españoles con italianos, y con japoneses y con ingleses,... Y no sé cómo, la verdad, pero terminan siendo coleguitas y supongo que se intercambian el feisbu.

Quise ser un enano de ésos, con su chándal oficial paseando por el maravilloso puerto de Vilagarcía, con el autobús de su club esperando a que los chicos terminaran el paseo antes del almuerzo y la charla de los míster. Me vi levantando el trofeo de vencedor, al son de Freddy Mercury y enmarcado por fuegos artificiales de los que dejaban la boca abierta. Quise que alguien me diera unas Marco o el título de entrenador, para el año que viene vivir el torneo en la hierba, aunque fuera de suplente. Me conformo con poder hacer los ronditos del descanso. Porfa, porfa, porfa...

viernes, 21 de mayo de 2010

Guerritas de adelantamientos

Sin asustarse, que no hablaré de Fórmula Uno, que me aburre salvo cuando se la dan en la salida. Entre indignarme y divertirme, elijo lo segundo siempre, de un tiempo a esta parte. Y por eso me parto de risa con los "adelantamientos" de noticias de una especie curiosa del periodista, que necesita fama rápida y muchos fologüers. "Adelantaron" que Del Bosque incluiría a Valdés en la lista del Mundial, pero no lo dijeron por no descentrar a De Gea, claro. Andan a tortas por apuntarse la primicia del fichaje de Villa por el Barça. Veteranos y noveles.Esperaré con ganas el día que levanten la mano con el mea culpa los que adelantaron el fichaje de Ribery, si no viene, claro. Aquí el tuiter no distingue. Hace un rato, a un clásico, lo cazo "adelantando" no sé qué de una camiseta. Y todos con el ya manido "como adelantó fulanito...". A quien me oiga le diré que yo siempre creí que las noticias "se dan", no "se adelantan", ni "se atrasan", porque no son relojes de cuco. No diré donde ni a quién, por no ganarme más "amigos", uno le hizo al personaje una pregunta parecida a ésta: "Como adelanté yo, usted se ha tirado un pedo, ¿verdad?". Servidor, que suele ser borde, dicen, hubiera contestado: "Sí, y le adelanto que huele de maravilla". Pero como el mundo no destila bordería, el personaje en cuestión respondió con tópicos. Mejor. Con los "adelantamientos" se puede llegar a los límites más insospechados: prometo haber escuchado en una cadena de radio decir al locutor: "la cadena Finforrio les adelanta que mañana hará frío" (le faltó decir "en primicia exclusiva y por documentos que obran en nuestro poder, les podemos adelantar que incluso, hará mucho frío"). Sólo me queda por oír que algún día suenen las señales horarias (que no entiendo por qué las ponen en las radio-fórmulas cada media hora, si se llaman horarias)... pues eso, que suenen las señales, y la voz diga: "Como les adelanta Radio Cuchiflús, son las ocho, las siete en Canarias".

La obsesión por "adelantar", conste, no es nueva. De todos son conocidas las guerras radiofónicas por el personaje, pa tennello, que llevaron a uno a adelantar el inicio del programa cuatro o cinco minutos pa tené a Induráin antes que el otro (esta vez sí adelantó, pero el inicio del programa). Cuentan que, otra vez, mientras uno decía estar con Maradona en directo, aunque esto yo no lo he oido, el otro estaba realmente con Maradona en directo, y le preguntaba cada tres minutos: "pero Diego, mira tu reloj y dime qué hora es". El caso es que antes sí que tenía sentido presumir del tema, de la noticia, del personaje. Ahora, supongo que igual que antes pero con trescientos millones de posibles "adelantadores", la mayoría de las veces el periodista tiene la noticia cuando el protagonista quiere, cuenta la noticia que el protagonista quiere, y sólo cuando el protagonista, generalmente interesado en que el altavoz sea un periodista con amplia difusión, quiere. Luego están las buenas investigaciones, las pesquisas avispadas, los contactos, el periodismo, el conocimiento, que se cotizan a la baja. Ya que nos ponemos, y como yo tengo el documento en mi poder, les adelanto que la noticia de Villa, a mí, me la dió mi amigo Antonio Álvarez Ávila, chiclanero y madridista, bien conectado con el fútbol de siempre, y que desde la Feria de Sevilla, como atestigua la imagen gráfica que veis arriba, me avisó vía feisbú el pasado 22 de abril de que el jugador ya había firmado. Yo, que no peleo en esta guerrita, supuse a Antonio bien contactado, pero no quise líos con el delantero de la Roja. Así que, si de adelantar primicias informativas hablamos, AAA se lleva el premio. Como les adelanta Hablando Solo.